Conformar equipos de trabajo, que se desempeñen
verdaderamente como tales, es una difícil tarea que depende fundamentalmente de
la capacidad de liderazgo del jefe, sobre quien recae la responsabilidad de
conseguir que los individuos a su cargo, dejen de lado sus intereses
particulares y se concentren en la consecución de las metas de la empresa, el
grupo, área o sección.
Los verdaderos equipos tienen unas características muy
particulares, que saltan a la vista y que son fácilmente apreciables por los
clientes, proveedores y compañeros; es algo que se respira en el ambiente y que
se desprende de la camaradería con la que se desempeñan quienes están
comprometidos con una misma causa o el logro de una meta común. Quienes
pertenecen al grupo, disfrutan de su trabajo, colaboran con sus compañeros y
van más allá de lo establecido en el manual de funciones.
Lo primero que se destaca en estos equipos, es su inmenso
sentido de pertenencia, lo cual se refleja en el compromiso que cada uno de los
integrantes asume con el líder y sus compañeros de trabajo. “Uno para todos y
todos para uno”, al igual que en el libro de Alejandro Dumas, es el lema que
debe cobijar a los integrantes de un verdadero equipo. Pero hay que tener en
cuenta que el sentido de pertenencia no puede desarrollarse cuando las
condiciones laborales de la empresa o de la sección, no son las adecuadas y el
personal no es valorado y tratado con justicia.
Para el buen funcionamiento de los equipos de trabajo, es
también muy importante que cada colaborador tenga muy claramente definidas sus
funciones y responsabilidades, de modo que no se inmiscuyan unos en las tareas
de los otros, generando roces innecesarios que menoscaban la cohesión que se
busca. También es importante que se respete el conducto regular, porque los
“bypasses” lesionan la autoridad de los mandos medios de las compañías y
desarticulan el correcto funcionamiento de los equipo.
Es muy interesante ver cómo los equipos desarrollan
normas propias de comportamiento que, aún sin estar escritas ni haber sido
comentadas o socializadas, son respetadas por todos los integrantes,
garantizando así la consecución del propósito que se persigue. La presión que
el grupo ejerce sobre los miembros, mantiene al equipo operando eficientemente,
dentro de unas reglas que son compartidas por todos. Por ejemplo, un trabajador
que disminuye su desempeño, afectando el rendimiento del grupo, sentirá una
inmensa presión para recuperar su nivel de producción, so pena de ser excluido
socialmente del grupo, y con posterioridad, que sus miembros busquen o exijan
su retiro.
En este punto, es muy importante tener en cuenta que un
solo miembro del equipo, que no comparta los mismos objetivos y valores del
resto de sus compañeros, que se aparte del grupo y trate de funcionar de manera
independiente, especialmente si tienen una personalidad disociadora, puede
erosionar rápidamente el espíritu de grupo que se ha conseguido desarrollar,
por lo que es importante determinar su rápido traslado a otra sección o su
retiro definitivo de la empresa, para evitar dañar a un equipo que funciona con
dinámica propia.
No es posible la creación y funcionamiento de un equipo
de trabajo sin que existan relaciones recíprocas entre sus miembros, es decir,
que para que el grupo funcione, debe haber permanente contacto y comunicación
entre sus miembros, lo cual implica a su vez el desarrollo de buenas
habilidades de comunicación y tolerancia para aceptar las diferencias de
formación, de pensamiento y carácter que necesariamente se deben dar. Los
problemas que surjan al interior del equipo, deben ser rápidamente abordados y
solucionados por el líder para evitar que se agraven y terminen minando la
cohesión.
Los equipos tienen una duración determinada en el tiempo,
que depende fundamentalmente de la consecución o no del fin que se perseguía
cuando fueron credos; pero pueden desintegrarse en cualquier momento por el
retiro de uno o varios de sus miembros, (especialmente del líder), el reemplazo
de los que se van con empleados que no logran encajar en el grupo o por cambio
en las condiciones laborales, que defrauden a aquellos que sienten que han
aportado al grupo y la empresa, más allá de su deber.
Fernando Albán Díaz del Castillo
Consultor en Comunicaciones
Referencia:
- http://www.larepublica.co/alta-gerencia/c%C3%B3mo-conformar-equipos-efectivos-de-trabajo_41742
Imagen
- http://www.larepublica.co/sites/default/files/larepublica/imagenes/noticias/1/ancla0630-1000.jpg
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